La guerra en Ucrania, la explosión de coronavirus en China, el cambio climático y la crisis económica marcan la agenda internacional de este nuevo año en el que acabamos de entrar.
El próximo 24 de febrero, se cumplirá uno de la guerra de Ucrania cuando Vladímir Putin en una “operación militar especial” ordenó atacar la región del Donbas. La situación que ha generado esta contienda en la salud física y mental de las personas que más directamente la está sufriendo, la vamos conociendo día a día.
La decisión del Gobierno de Pekín, a principios de diciembre, de levantar prácticamente todas las restricciones destinadas a frenar los contagios por la COVID ha provocado una situación de emergencia sanitaria, con millones de nuevos casos diarios que han desbordado hospitales y están provocando una ola de inquietud en el mundo por la opacidad del gobierno a la hora de suministrar los datos reales de personas afectadas o fallecidas. Un brote que, según opinan los expertos, causará problemas a corto plazo, como lo ha hecho la guerra, además de a la salud, a la economía mundial.
Además, la sequía y la escasez de agua se han convertido en una cuestión estructural que ya no puede abordarse con medidas de emergencia y las dificultades de acceso al agua potable, en cantidad y calidad suficientes, también tienen importantes efectos sobre la salud y la situación económica de las personas.
Pero los divulgadores científicos nos recuerdan que, en 2022, también ha habido importantes avances contra el cáncer, que se ha conseguido el primer trasplante de intestino a partir de un donante en parada cardíaca, que hemos visto imágenes de galaxias ya desaparecidas, y que, hemos tenido noticias muy esperanzadoras para obtener energía limpia inagotable.
La revista Nature hablaba recientemente de cinco avances científicos previstos para este año que empieza. De ellos, tres, tenían relación con posibles mejoras para nuestra salud: nuevas vacunas, medicamentos y, resultados de la vigilancia de patógenos.
Gracias al éxito de las vacunas ARN mensajero contra la pandemia de covid-19, se están desarrollando todo tipo de vacunas con esa tecnología contra una serie de enfermedades.
Una de las más prometedoras es contra el cáncer, diseñadas para que nuestras células inmunitarias puedan reconocer las células cancerosas y destruirlas. Y, se espera que BioNTech de Alemania inicie los primeros ensayos en humanos de vacunas de ARNm contra la malaria, la tuberculosis y el herpes genital en las próximas semanas.
Además, otras farmacéuticas investigan la posibilidad de aplicar la vacuna de covid rápida y efectivamente con un simple atomizador nasal. Ya han funcionado en animales y se esperan las pruebas en humanos pronto.
También en este mes de enero, está previsto que los reguladores de medicamentos de Estados Unidos anuncien si un fármaco, que redujo la tasa de deterioro cognitivo en un ensayo clínico, podrá estar disponible para las personas con Alzheimer temprano.
Se trata del lecanemab, que ataca la placa pegajosa -llamada beta-amiloide- que se acumula en el cerebro de personas que sufren la enfermedad. No es el único en la carrera. Otro fármaco para el Alzheimer que también está en estudio, llamado blarkamesine, funciona activando una proteína que mejora la estabilidad de las neuronas y su capacidad para conectarse entre sí.
Además, se espera que la Organización Mundial de la Salud (OMS) publique una lista revisada de patógenos prioritarios, después de que alrededor de 300 científicos revisen la evidencia de más de 25 familias virales y bacterianas para identificar aquéllos que podrían causar brotes.
Y también 2023 podría ser el año en que se apruebe la terapia CRISPR-Cas9, una técnica de edición genética que permite alterar las cadenas del ADN, cortando parte de estas y reconstituyéndolas para formar una nueva secuencia, que ya dio resultados prometedores en pruebas clínicas contra dos desórdenes de sangre genéticos, incluyendo la anemia de células falciformes.
Seguro que no serán las únicas noticias esperanzadoras que nos depare el año.
Así que mantengamos o recuperemos la esperanza en este 2023. Sobre todo, deseemos que el apoyo a la investigación y a los y las profesionales de la salud sea un auténtico objetivo de nuestros gobernantes, sean de donde sean. Nuestro futuro dependerá de lo rápido que seamos capaces de reaccionar como sociedad.
Y, parafraseando a Jonathan Swift, autor de “Los Viajes de Gulliver”
Los mejores médicos del mundo son: el doctor dieta, el doctor reposo y el doctor alegría
Os deseo lo mejor. En este año y siempre.
Lurdes Ubetagoyena
Presidenta Fundación Aubixa