VIDA PLENA EN LA VEJEZ

La vejez es comprendida y tratada en términos de necesidades rotundamente más que de potencialidades. Siempre hemos mirado la vejez como declive y por lo tanto como necesidades a solventar; y ahora nos encontramos con que además de perdidas (que las hay), la vejez es también un periodo de crecimiento y desarrollo, y nos toca hablar de cuestiones que no dominamos: plenitud, sentido, autodeterminación,…

Ante una vejez que se extiende en el tiempo -muchas personas van a poder vivir una vez jubilados más de dos décadas- una de las preguntas quizá más relevantes a responder tanto a nivel individual como colectivo, es como llenar esta vida de contenido, qué hacer para que ese tiempo de vida que se nos brinda, pueda ser un tiempo de plenitud.

Hablar de plenitud, nos lleva a hablar de sentido, de significado de nuestra vida. El sentido de la vida refleja el sentimiento de que nuestra propia existencia tiene significado, propósito y coherencia; y es una necesidad humana fundamental que influye en gran medida en el bienestar psicológico y en la salud física. En otras palabras: vivir una vida plena, percibir que nuestras vidas están llenas de sentido hace que vivamos más tiempo, pero también más sanos y felices que los que creen que sus vidas son poco significativas.

La evidencia empírica recogida en los últimos años afirma que el sentido de la vida y la búsqueda de una vida plena es además de una necesidad psicológica, algo que impacta en nuestra salud y bienestar, reduce el riesgo de depresión, se asocia positivamente con la salud física y la longevidad y la reducción del riesgo de demencia.

Así que vivir una vida plena no solo es una cuestión psicológica o filosófica, algo etéreo poco claro; sino que tiene que ver con la salud, el gasto sanitario,…

El sentir que tu vida es plena impulsa además la búsqueda de objetivos y metas, y cuando las personas se centran en lo que da sentido a sus vidas, son habitualmente más proactivas. Asimismo, cuando llegan momentos de transiciones, pérdidas, incertidumbres, inseguridad, estrés, etc., un alto significado de la vida es un recurso psicológico vital para afrontar estos desafíos.  Pero es que las y los que son más diestros en responder a las pérdidas, reafirman su significado de la vida, es decir, son más capaces de seguir adelante con sus vidas y de estar en paz con su propia condición de finitud.

Por lo tanto, aparte de hablar de cuidados, atención centrada en la persona, residencias, ayuda a domicilio, etc., que nunca debemos de olvidar; uno de los objetivos más relevante para todos los que trabajamos en vejez, es cómo impulsar una vida plena.

Javier Yanguas

Director Proyectos

Fundación Aubixa