EL ALZHEIMER Y LA POLÍTICA

Bucarest, la memoria perdida

Quienes ya peinamos canas, recordamos bien a ese hombre culto y de buena planta, que fue un político destacable aunque algunas de sus opiniones levantaban ampollas. Decían de él que era capaz de escuchar hasta el agotamiento porque estaba absolutamente convencido de sus posiciones. Jurista y uno de los Padres de la Constitución desde su militancia en el PCE, más tarde, ya en el PSOE, llegó a ministro de Cultura en el tercer gobierno de Felipe González y en un momento en que se inauguraba el Museo Thyssen, se remodelaba la Biblioteca Nacional, el Centro de Arte Reina Sofía pasaba a ser el Museo de Arte Contemporáneo y hasta allí llegó “nuestro” Guernica desde el Casón del Buen Retiro.

Jordi Solé Tura, era además, escritor y columnista, había nacido en 1930 en  Mollet del Vallés, y falleció en 2009 a los 79 años. En julio de 2003 publicaba su último artículo en “El País” y un año después  se apartaba de la vida pública.

Decía Oscar Wilde, que  “La memoria es el diario que llevamos con nosotros a todas partes”. La memoria de Jordi Solé Tura se fue perdiendo en un primer momento sin que quienes le conocían, incluso los más cercanos, supieran poner nombre a aquello que le estaba pasando.

Hay muchas formas de visibilizar esta tremenda enfermedad. Unas veces fueron ellos mismos, en otras su familia. En este caso, su hijo Albert y su segunda mujer, Teresa, decidieron hacerla pública en 2007 para que la terapia destinada a reforzar la memoria de Jordi se convirtiera en un relato de su vida y de su actividad política. Las dos, vividas de forma intensa.

Y…así surgió Bucarest, la memoria perdida. El nombre de la ciudad rumana en la que el político fue locutor durante tres años de la emisora  del PCE Radio España Independiente.

La película- documental se estrenó el 18 de enero de 2008, con guión y dirección de Albert Solé, periodista y destacado director de documentales, y en ella, realiza una búsqueda personal sobre su propia memoria y la de su padre, Jordi,  un hombre cercano y optimista al que el avance de la enfermedad le borró los recuerdos (como su paso por la cárcel, por ejemplo). El film obtuvo el premio Goya a la mejor película documental.

Un documental que, como decía, quiso recuperar esos recuerdos de una memoria que va desapareciendo cada día. Y en el que participan figuras de la política y la vida social que convivieron con él en el tiempo: Fraga, Carrillo, Semprún, Pujol (su eterno adversario), o, Jiménez de Parga, que le acogió, a pesar de los problemas, en su cátedra de la Facultad de Derecho de la Universidad de Barcelona, porque “estaba muy por encima de cualquier otro aspirante”.

En 2013 en un ciclo de debates que se celebró en el Ateneo de Barcelona, juristas y políticos coincidían, no en sus planteamientos ideológicos, si no en el ya imposible deseo de poder comentar y reflexionar, sobre la actualidad con Jordi Solé Tura.

El Alzheimer se llevó “su memoria” y, 13 años después, a pesar de los avances en la investigación, esta enfermedad sigue privándonos de llevar nuestro diario.

Lurdes Ubetagoyena

Presidenta Aubixa Fundazioa