La aplicación de una perspectiva intergeneracional resulta especialmente útil para aumentar nuestra capacidad de diagnóstico sobre las desigualdades y conflictos sociales que afloran en una sociedad inmersa en un proceso de continuo envejecimiento. Ante la cada vez más extendida percepción de que las personas en edad avanzada resultan una carga para la prosperidad económica, urge plantear un debate intergeneracional, que, desde distintos ángulos, sea capaz de abordar las complejidades que rodean a las relaciones entre generaciones.
Muchos de los conceptos que brotan en los debates planteados desde el punto de vista intergeneracional, como, por ejemplo, el contrato intergeneracional, la justicia intergeneracional o la equidad intergeneracional, carecen de una definición precisa y consensuada, que dificulta una aproximación sistemática a la cuestión. De hecho, el mismo concepto de generación es objeto de discusión y desacuerdo [1]. Además, el análisis intergeneracional resulta complejo por naturaleza, en la medida en que las circunstancias de cualquier generación dependen de una amplia variedad de factores. Elementos tan diversos como el tamaño de la población, los sistemas de salud, la composición de los hogares, la actividad económica, el empleo, la organización de los sistemas de protección social, los arreglos para el cuidado o la calidad de la vivienda, confluyen sobre las relaciones entre generaciones, pudiendo provocar cambios sustanciales tanto de forma individual o mediante la interacción con otros factores.
En consecuencia, cualquier intento de aproximación sistemática a la cuestión intergeneracional resulta complejo. Por ello, lejos de cualquier pretensión de exhaustividad, este trabajo ofrece una revisión que intenta clasificar diferentes conceptos ligados a lo ‘intergeneracional’ y explorar su validez. Partiendo de una revisión bibliográfica de la literatura académica y gris, este trabajo se plantea como un repaso de las cuestiones relacionadas con las relaciones entre generaciones desde un enfoque que toma en consideración, principalmente, las políticas públicas y la problemática de los cuidados.
Para su realización, se ha acotado el campo de análisis a través de varias opciones metodológicas. Por un lado, el trabajo se sitúa en el marco de los países industrializados, lo cual incide tanto en los elementos que se analizan como en algunos de los supuestos que se dan por sentados a la hora plantear las correspondientes cuestiones intergeneracionales (por ejemplo, la centralidad de la familia nuclear). Por otro lado, el trabajo se centra en las relaciones entre generaciones coetáneas, dejando de lado, por lo general, cuestiones ligadas con generaciones futuras1. Teniendo en cuenta que, en parte, la revisión se enfoca desde la perspectiva de las políticas públicas, el énfasis en las interacciones entre generaciones coetáneas se convierte indispensable a fin de poder identificar las formas de cooperación intergeneracional que actúan en beneficio del bienestar de todos los grupos de edad que conforman la sociedad. Como señala Thompson [2], las distintas generaciones coetáneas interactúan y cooperan a través de distintos cauces de forma que se producen beneficios para todas las partes implicadas. Con todo, cabe poner de relieve que estas consideraciones no están aisladas de las cuestiones relativas a las obligaciones con las generaciones futuras.
Dicho esto, no puede dejar de señalarse que los Estados del bienestar de los países industrializados, a la luz de las profundas transformaciones demográficas, económicas y culturales en curso, están a punto de enfrentarse a algunos de los mayores retos de su historia. Estos retos, de carácter multidimensional, no pueden entenderse plenamente si el análisis se limita a la clase social, al género o la etnia. Así, para abordar dichos retos en toda su complejidad, las divisiones generacionales también deben tomarse en consideración.
En los próximos años, se espera que la capacidad de los Estados del bienestar para mantener una distribución justa y sostenible de recursos entre generaciones, orientada a abordar las necesidades y vulnerabilidades asociadas a las diferentes etapas de la vida, se vea fuertemente tensionada. El panorama que se intuye probablemente planteará importantes presiones sobre otros sistemas de redistribución entre generaciones, como por ejemplo, la familia. En este contexto, el presente trabajo pretende ser un punto de partida para ayudar a una mejor comprensión de los retos que tendrán que afrontar las sociedades contemporáneas.
Documento completo: El contrato intergeneracional
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