“EL RETO DE LA SALUD CEREBRAL EN EL SIGLO XXI: UNA LLAMADA A LA ACCIÓN”

El día 30 de enero en el Museo de San Telmo moderé una charla coloquio sobre “el reto de la salud cerebral en el siglo XXI: una llamada a la acción” en el que participaron como ponentes el Dr. López de Munain jefe de servicio de neurología del H.U. Donostia, director del área de neurociencias de Biogipuzkoa y profesor de neurología de la U. Deusto e Itxaso Martí jefe clínico Neuropediatría H, U. Donostia, responsable investigación del área de pediatría de Biogipuzkoa y profesor de la UPV.

La salud del cerebro es crucial tanto para el funcionamiento como para el bienestar de todas las personas en cada etapa de la vida y es clave para el progreso tanto individual como social. La salud del cerebro es compleja y requiere un enfoque colaborativo multidisciplinario entre muchas organizaciones públicas y profesionales para lograr cambios significativos. Los neurólogos deben actuar como especialistas en salud cerebral y avanzar en la neurología preventiva, cuyo objetivo es identificar personas con alto riesgo de sufrir trastornos cerebrales y otras afecciones neurológicas y ofrecer estrategias para mitigar la aparición o la progresión de la enfermedad.

La Academia Americana de Neurología (ANN) propone la siguiente definición de salud cerebral: “Un estado continuo para lograr y mantener la función neurológica óptima que mejor respalde el bienestar físico, mental y social de cada persona en cada etapa de la vida.”
La Sociedad Española de Neurología ha elaborado un decálogo sobre salud cerebral que irá desarrollando en los meses venideros.

Los pilares claves de la ciencia, la atención al paciente y las políticas públicas se reflejan en los tres ambiciosos objetivos de la Plataforma de Salud Cerebral de la AAN:

  1. Acelerar los descubrimientos científicos en la salud del cerebro a través de la colaboración interdisciplinaria,
  2. Optimizar la salud del cerebro mediante la integración de prácticas de atención preventiva y
  3. Mejorar la participación del público y de los pacientes para promover políticas públicas en salud cerebral.

En la charla-coloquio se expusieron algunos aspectos de la salud cerebral que interesan a nuestra sociedad:

  1. Aunque el futuro es siempre incierto y nuestro cerebro se equivoca con frecuencia al tratar de adivinarlo, las predicciones son necesarias para hacer planes, por ello queremos abordar los posibles riesgos que tenemos para la salud cerebral de los cambios que van a ocurrir con el aumento y envejecimiento de la población con la mayor frecuencia de enfermedades neurodegenerativas, el acúmulo de la población en ciudades grandes, la contaminación del aire y del agua, la desigualdad social y el cambio climático. También el riesgo para nuestro cerebro del uso y desarrollo de la inteligencia artificial, del uso de pantallas en niños, de las migraciones de poblaciones con culturas diferentes y de la globalización en general.
  2. Los retos en investigación: posibles logros y fallos. Los avances en biotecnología, en terapia génica, etc., ¿conseguiremos avances importantes en la detención de las enfermedades neurodegenerativas? ¿Podremos detener el envejecimiento? ¿Cómo podemos conseguir mejorar la educación infantil?
  3. ¿Qué políticas deberíamos adoptar para conseguir una mejor salud cerebral a nivel individual y social?

Algunas de las ideas que se expusieron y que hubo acuerdo:

  • Las funciones cerebrales que no se utilizan se van perdiendo. Es bueno que en el aprendizaje de los niños se siga haciendo de forma presencial y se siga utilizando el papel y lápiz y que las pantallas no sean la única forma de acceso a nueva información.
  • El estudio sobre los mecanismos moleculares del envejecimiento puede aportar soluciones al problema de las enfermedades neurológicas de la vejez.
  • La globalización implica el riesgo de una dificultad en que personas de otras culturas se integren en nuestra sociedad. Todos podemos enriquecernos de las culturas extranjeras.
  • Nunca hemos alcanzado un estado del bienestar como el actual. Vivimos más y mejor que nunca. La educación ha permitido retrasar la edad de la demencia y el control de los factores de riesgo, la de los ictus. Conviene insistir en educar a la población y estimular y facilitar una vida saludable con dieta adecuada, ejercicio físico, vida social activa, y control de los factores de riesgo vascular.
  • Probablemente en el futuro habrá que desmedicalizar la salud. Hay que insistir más en un estilo de vida saludable preventivo, y sacar en lo posible a la gente de los hospitales.

JF Martí Massó
Catedrático emérito de neurología. UPV/EHU
Miembro de Jakiunde
Patrono Fundación Aubixa