
El envejecimiento de la población nos ha obligado a redefinir nuestras políticas y ha acelerado el desarrollo de ideas innovadoras para hacer frente a un nuevo fenómeno aún por construir. La denominada nueva longevidad es todo un desafío para esta sociedad, que debe contribuir a este nuevo paradigma desde un enfoque verdaderamente holístico e intergeneracional para poder alcanzar una visión inclusiva de la vejez.
Conscientes de la necesidad de definir y reflexionar sobre este paradigma, desde ADINBERRI —la Fundación para el abordaje innovador del envejecimiento de la Diputación Foral de Gipuzkoa— lanzamos el proyecto BIBE (Bizitza Berria eta Betea-Nueva Longevidad y Vida Plena), enmarcado en el programa Berpiztu del Gobierno Vasco, con la colaboración del Ayuntamiento de Lezo, la Fundación Aubixa, Aptes, Helduak Adi, la Asociación de Jubilados de Lezo (“aiton-amonen borda”) y Agijupens.
Esta iniciativa, además de innovadora y pionera en el territorio, puesta en marcha hace más de un año en el municipio de Lezo y aún en curso, nos está permitiendo analizar qué entienden las personas de edad por vida plena y con significado, lo que nos ayuda, desde las políticas públicas, a expandir acciones específicas que contribuyan a este objetivo.
Los retos de la transformación demográfica son extensos y, sin duda, promover una sociedad más inclusiva y cohesionada, acompañada a su vez de una nueva narrativa ante la longevidad, es clave para mirar a la vejez como una etapa vital, cuyas nuevas dimensiones están aún por ser exploradas. Y esto es precisamente lo que busca este proyecto. Desde el Bibetoki de Lezo es lo que se viene demostrando, un espacio que ofrece una visión amplia de la innovación en este campo, en el que las personas mayores están en el centro, en el que sus diálogos, reflexiones y su participación no sólo importa, sino que es un eje fundamental del proyecto.
Saber cómo se sienten, qué les preocupa, qué necesidades tienen, cómo ven su futuro y el de la comunidad, si se han planteado pensar en su proyecto de vida, cuáles son sus temores, el nivel de compromiso de cuidar y ser cuidados, qué importancia le dan a la familia, a las relaciones o a contar con redes de apoyo, se torna fundamental para transitar hacia la nueva longevidad y para alcanzar una vida plena con sentido y significado.
Tal es la importancia que para ADINBERRI tiene este proyecto, que se corresponde a uno de los retos y líneas de actuación prioritarias de nuestra nueva Agenda Estratégica de Innovación, y que pretende ser una aportación desde Gipuzkoa al desarrollo de este nuevo paradigma. Este proyecto pretende contribuir al desarrollo individual pero también al colectivo, en el pensamiento de cómo y en qué medida podemos contribuir a nuestro entorno y a una sociedad más cohesionada, en la que la solidaridad intergeneracional juega un papel transcendental. Mejorar el bienestar integral de las personas es, sin duda, nuestro gran objetivo.
Desde ADINBERRI contamos con instrumentos que nos ayudan a comprender y a profundizar sobre los nuevos fenómenos relacionados con esta etapa vital. Uno de ellos es el observatorio SIA, el Sistema de Inteligencia Avanzada, una herramienta innovadora en la que podemos encontrar estudios e investigaciones sobre esta temática, entre otras. Un instrumento a disposición del ecosistema y la ciudadanía en general. Este conocimiento es esencial para que el diseño de las políticas públicas vayan totalmente alineadas con este nuevo paradigma y a que entre todos y todas contribuyamos a la construcción de una sociedad más solidaria.
Precisamente, en la actualidad, uno de los grandes retos a los que nos enfrentamos las sociedades occidentales para lograr alcanzar esa vida plena es la soledad no deseada, un fenómeno cada vez más creciente, que afecta, en mayor medida a las personas jóvenes y mayores. En este sentido, ADINBERRI y la Diputación Foral de Gipuzkoa, junto a todo un ecosistema, incluida la ciudadanía, llevamos años tratando de abordarla y prevenirla a través de la estrategia HARIAK, que se ha convertido en una referencia en Europa. El continente, también muy preocupado por el incremento de la soledad no deseada, especialmente tras la pandemia, ha otorgado un reconocimiento al proyecto KORALE, en el marco del programa Interreg Europe, una comunidad de aprendizaje e intercambio de buenas prácticas, cuyo consorcio está liderado por la Fundación y que cuenta con socios como Austria, Bélgica, Dinamarca, Irlanda y Portugal. Su objetivo final, es que dichos aprendizajes se trasladen a las políticas públicas de cada uno de los estados miembro.
Tanto la Estrategia, como las iniciativas que componen su Plan de acción, nos sitúan como un territorio de relaciones, como un lugar que se preocupa por el bienestar de las personas, que aborda el envejecimiento desde una mirada multidisciplinar, muy alejado de la visión reduccionista que, en ocasiones, se tiene de esta etapa de la vida. Pero nos queda trabajo por hacer. Debemos continuar dando pasos y tejiendo redes de apoyo que permitan fomentar conexiones significativas, para que cada persona y, en conjunto la sociedad, nos sintamos acompañad@s a lo largo de todo el ciclo vital.
¡¡Hagamos de Gipuzkoa, un territorio de relaciones!!
Rakel San Sebastian
Directora de la Fundación ADINBERRI