LAS DEMENCIAS FRONTOTEMPORALES

Hace unos meses escribí en este boletín un artículo sobre las afasias, a propósito de la noticia de que Bruce Willis la padecía. Entonces ya expliqué que una afasia progresiva en un individuo de esta edad es un síntoma casi inequívoco de demencia frontotemporal. Por esto me parece oportuno escribir sobre este grupo de enfermedades.

Las demencias frontotemporales incluyen un grupo de enfermedades neurodegenerativas que afectan de forma preferente las partes anteriores de los hemisferios cerebrales (los lóbulos frontales y temporales). Dado que inicialmente se describió como una única enfermedad y comparten muchas características clínicas, frecuentemente se habla de “Demencia frontotemporal” en singular (DFT) y también yo lo usaré en este artículo de divulgación.

 La DFT es menos frecuente que otras demencias degenerativas como la Enfermedad de Alzheimer y la demencia con cuerpos de Lewy, pero tiene una frecuencia considerable. Recientemente el Hospital Universitario Donostia ha contribuido en la publicación de un artículo sobre la incidencia de la DFT en Europa. Se ha calculado que la incidencia en nuestra área (OSI Donostialdea) es cercana a 4 nuevos casos de DFT por 100.000 habitantes cada año, lo que supondría unos 28 nuevos casos de DFT diagnosticados cada año en Guipúzcoa.

La edad de presentación suele ser más joven que las otras demencias degenerativas, y así es muy frecuente su aparición en la sexta o séptima décadas de la vida. No es raro ver pacientes con 55 años con una DFT, mientras que si es raro verlo con una EA.

Tienen antecedentes familiares con la misma enfermedad casi la mitad, y hoy conocemos varias enfermedades monogénicas, es decir con la alteración de un gen responsable de la enfermedad, que se transmiten de padres a la mitad de los hijos y que afectan a genes de proteínas aparentemente muy diferentes (la proteína Tau, la progranulina, c9orf72, la valosina, etc). En Guipúzcoa hemos atendido y se siguen atendiendo a varias familias con una mutación única del gen de la progranulina que no se ha descrito fuera del Pais Vasco, y en este momento se están ensayando varios fármacos para tratar o prevenir la demencia producida por la alteración de este gen.

 Los cambios que los cerebros tienen dependen de la proteína alterada. Hay muchos cambios neuropatológicos diferentes en función de que tengan una taupatía de 4 repeticiones como en la parálisis supranuclear progresiva o una taupatia diferente, y lo mismo ocurre con otras proteínas que se depositan de forma anormal como la TDP-43 o la FUS.

¿Cuáles son los síntomas clínicos predominantes?

Hay 3 formas principales de presentación:

  1. La variante conductual. Los síntomas de inicio son un cambio de conducta que frecuentemente es o bien apatía o bien desinhibición. La apatía es la falta de interés por las cosas sin estar triste como ocurre con la depresión, con la que se confunde frecuentemente. La desinhibición se manifiesta con conductas anormales muchas veces impulsiva como la pérdida del pudor, con conductas sexualmente inapropiadas o comportamientos que no respetan las normas sociales. Es muy típico el cambio de la conducta alimentaria, comiendo de forma muy compulsiva, con mayor apetencia por los dulces.

  • La afasia no fluida progresiva. Es un trastorno del lenguaje con dificultad progresiva para encontrar las palabras (evocar), articular (pronunciar) de forma correcta y la fluidez verbal (requieren  un esfuerzo importante para hablar). Esto va limitando su conversación de forma progresiva y pueden llegar hasta quedar prácticamente mudos.

  • La demencia semántica. Es también un trastorno del lenguaje que no se parece nada al anterior, porque los pacientes hablan de una forma fluida y bien articulada, pero tienen una conversación absurda, y sin sentido, y cuando se les hace definir un objeto de uso común como un teléfono son incapaces de hacerlo.   

La evolución de la enfermedad es muy variable: He asistido a una mujer que después de 10 años del comienzo de una afasia no fluida progresiva seguía viviendo sola, hacía la compra, cocinaba y se hacia la limpieza de la casa, todo ello de forma adecuada. Algunos pacientes pueden tener un trastorno de conducta alimentaria durante varios años antes de tener otros síntomas conductuales que te orienten al diagnóstico. No es raro que los pacientes estén años tratados como una enfermedad psiquiátrica. Hay pacientes que tras 3-4 años de evolución pueden estar muy incapacitados para todo.

Hoy no disponemos de tratamientos eficaces para estas enfermedades y lo único que podemos es mitigar algunos síntomas en algunos pacientes. Sin embargo, la investigación realizada en los últimos años nos ha hecho conocer mucho mejor la genética y la evolución de estas enfermedades. El Hospital Universitario Donostia y el Instituto Biodonostia están participando en diferentes consorcios internacionales y en estudios de investigación sobre la DFT. Recientemente se han iniciado ensayos clínicos con tratamientos que encienden una luz para la esperanza para estos pacientes y sus familias.

JF Martí Massó

Catedrático emérito neurología. UPV/EHU.

Patrono de Aubixa Fundazioa.