En el último número de la prestigiosa revista NatureGenetics, se ha publicado un trabajo realizado por más de 300 grupos de investigación repartidos por todo el mundo y donde ha participado un grupo de investigación del Instituto Biodonostia liderado por los Dres. Fermín Moreno y Adolfo López de Munain del Hospital Universitario Donostia.
El trabajo que ha merecido la atención de medios nacionales e internacionales, aporta nueva información sobre los mecanismos genéticos que operan para el desarrollo de la enfermedad de Alzheimer. En esta condición, lo genético tiene relevancia, pero de maneras muy diferentes. Así, en un 5-10% de los casos, la enfermedad es una enfermedad hereditaria con una transmisión dominante de padres a hijos (riesgo del 50% para la descendencia de un afecto), en familias en las que esta condición es ya conocida por sus miembros. En el resto de los casos, que son la mayoría, el mayor factor de riesgo genético después de la edad (a partir de los 65 años la incidencia de enfermedad se duplica cada 5 años hasta los 90 años), es la presencia de antecedentes familiares de la enfermedad. Desde el descubrimiento en 1993, de que el alelo E4 del gen apoE (un gen cuya función está relacionada con el procesamiento del colesterol), se han ido describiendo muchos genes cuyo impacto en el riesgo de padecer la enfermedad es, sin embargo, muy pequeño. En el trabajo recién publicado, se identifican 75 factores genéticos, 42 de los cuales, como los relacionados con la disfunción de la inmunidad innata y de la acción de la microglía (implicada en el empaquetamiento y destrucción de la basura celular) o la vía de señalización dependiente del factor de necrosis tumoral alfa (TNFα), eran desconocidos hasta la fecha. Este mayor número de genes relacionados con el proceso, multiplica las posibilidades de poder explicar la enfermedad de Alzheimer con combinaciones de variantes deletéreas de muchos de ellos, de forma que la enfermedad podría desarrollarse de casi infinitas maneras posibles a partir de una predisposición heredada, a veces compensada con genes protectores, en conjunción con factores ambientales o estilos de vida protectores o agravantes del riesgo, y todo ello facilitado por el declive de los sistemas de control y reparación celular asociado a la edad.
Este trabajo ilustra la necesidad y la potencialidad del trabajo en equipo de múltiples grupos lo que ha permitido reunir los 111.326 casos incluidos en el estudio y nos acerca un poco más a la compresión de la fisiopatología de esta enfermedad, sobre la que sabemos mucho, pero en la que aún no contamos con un modelo explicativo único que nos permita diseñar terapias preventivas o curativas exitosas.
Dr. Adolfo López de Munain
Jefe del Servicio de Neurología. Hospital Universitario Donostia, San Sebastián
Director Científico de CIBERNED (CIBER, Instituto Carlos III), Madrid