LAS EMOCIONES

El pasado mes celebrábamos la segunda edición de Brain and Music, Cerebro y música, una iniciativa de nuestra fundación que comenzaba hace dos años.

Como muchas veces ocurre, surgió casi por casualidad, en una conversación entre amigas mientras preparábamos otro de nuestros actos públicos que contaba con su apoyo.

A las dos nos gustaba la idea de que la fundación tuviera un acto central dedicado a “todo el mundo” y que nos hiciera reconocibles. Arantxa conocía personas del ambiente musical por sus años de implicación en actos culturales y yo le hablaba del potencial del mundo de la salud. Entonces pensamos en hacer algo “diferente”. Unir la música al conocimiento del cerebro que nos aportan algunos de nuestros patronos y los buenos amigos y amigas del campo de la neurología. Así, hilando una cosa con la otra, surgió el primero de los Brain and music, y en el que mucho aportó uno de los intervinientes, Jose Felix, en su doble faceta tanto de conocedor del mundo del pensamiento, de las emociones y de los comportamientos como en el de aventajado aficionado al violín en edades más tardías.

No teníamos mucha seguridad de si la experiencia iba por buen o mal camino hasta que vimos que los asistentes al Teatro Principal disfrutaron, cantaron y, siguieron los ritmos entonces bajo la batuta real de Xabier. Así que, decidimos continuar con el proyecto y avanzar en una segunda edición.

De esta edición que acaba de pasar os quería hablar. El destinatario era el público de cualquier edad aunque los protagonistas fueran los niños y las niñas de Kontari, el coro infantil de Landarbaso Abesbatza, quienes guiados por dos excelentes maestras de escena, Itxaso y Maddalen; nos descubrieron como funciona ese joven cerebro, el despertar de las emociones que siempre trae la música y, los recuerdos de aquellas canciones populares que oíamos cantar de niños en casa, en el colegio, o en el inicio de nuestra pubertad.

Fue en este pequeño y precioso concierto cuando nos olvidamos de esos momentos de crispación y de debates gruesos que nos desquician como sociedad. Fue en esa hora y media donde volvieron a despertarse nuestras emociones y nuestros recuerdos porque, la música tiene esa capacidad de influir de manera significativa en la salud mental, y generar una serie de estados de ánimo que impactan directamente en nuestro bienestar emocional.

Y es que el cerebro es un órgano capaz de almacenar, ordenar y priorizar todos nuestros recuerdos. Como decía el escritor y médico Pío Baroja: “en buena parte somos la prolongación de nuestro pasado; el resultado de un recuerdo“.

Y ese recuerdo se nos hizo corto y por eso mismo ya estamos pensando en una nueva edición. Bueno, por eso y porque nos quedan aún muchas etapas musicales que ir contando y mejoras para nuestro cerebro que ir conociendo y porque… sin música la vida no sería igual.

Gracias por acompañarnos en este viaje a las emociones.

Lurdes Ubetagoyena Amado

Presidenta de Aubixa Fundazioa